El 14 de Septiembre se dio inicio a la quinta versión del Foro: “agua, medio ambiente y servicios públicos” en la Universidad Autónoma de Bogotá, que este año se realiza en medio de un escenario histórico en Colombia como es el acuerdo de paz con la guerrilla de las Farc. Durante el primer día del foro los ponentes se han planteado el papel de las organizaciones sociales, los actores políticos y la población colombiana en general, en la defensa del medio ambiente y el acceso a los servicios públicos básicos.

 

Existe una preocupación colectiva de las organizaciones por desprivatizar el acceso a los bienes comunes y por plantearse un modelo de desarrollo que supere al neoliberalismo y que garantice los servicios básicos como derechos fundamentales de la sociedad colombiana. En el posconflicto colombiano es prioritario plantearse esta discusión ya que el bienestar de las comunidades y la construcción de una paz sostenible dependen en gran medida del cuidado de la naturaleza y la posibilidad de acceso a los servicios básicos de todas y todos los colombianos. Cómo lo afirmó Tatiana Roa en la presentación del evento: «Agua, vida y paz son 3 asuntos fundamentales en los debates del país».

Óscar Rodríguez León de Internacional de servicios públicos ISP, recalcó que “no se pueden seguir trabajando los servicios esenciales que son derechos humanos fundamentales como mercancías en la esfera del desarrollo. Pensar entonces en un desarrollo sustentable implica no sólo garantizar esos derechos humanos fundamentales a los ciudadanos sino también la protección del medio ambiente que a su vez se ha visto afectado».

El IDEAM hizo un llamado de concientización urgente y enfatizó en la importancia de crear mecanismos para el cuidado y la protección del agua en el país, ya que Colombia tiene 6 veces más agua que el promedio mundial y 3 veces más que el promedio latinoamericano, pero no hay ni distribución ni manejo adecuados. Esto sumado a los efectos irreversibles del inminente cambio climático, acelerado por la contaminación y el uso desmesurado de la energía, como lo son los fenómenos de la niña y el niño que golpean duramente a las regiones afectando las economías locales y el abastecimiento de alimentos y servicios públicos esenciales. Si no se toman medidas apresuradas para mitigar el impacto de estos fenómenos, las consecuencias podrían ser cada vez más lamentables. De otro lado, Humberto Polo, director de recursos naturales de la CUT, afirma que buena parte de los recursos que se han designado para solucionar el impacto de escasez de agua provocado por el fenómeno del niño, no han llegado a sus destinos debido a la corrupción. Esto deja en evidencia la ineficacia en la política pública de protección del riesgo.

Óscar Vanegas, ingeniero de petróleos de la UIS, denunció los graves impactos ambientales producidos por la exploración sísmica de la industria petrolera en la vida campesina y en los territorios. Afectaciones irreversibles en los acuíferos y fuentes hídricas como: profundización del agua, contaminación de ríos, lagunas y humedales y vertimientos de metales pesados como el bario que se ha demostrado que es un agente altamente cancerígeno. Además se han propagado enfermedades en el ganado como la «diarrea negra» que ha matado miles de animales en las zonas donde hay explotación de hidrocarburos.
En palabras de un campesino de la finca Primavera: «Las multinacionales son más terroristas que las FARC. 96 bombas acabaron con la finca y acabaron con el agua»