Foto: Efren Plata

Tomado de: SEMANA 

La reforma tributaria, proyecto prioritario para el Gobierno, no es el único que camina a marchas forzadas y con el calendario en contra entre el Senado y la Cámara de Representantes. Según los cálculos del presidente del Senado, Mauricio Lizcano, una treintena de proyectos de iniciativa parlamentaria están ad portas de fracasar por falta de tiempo, y deben ser aprobados la próxima semana, de lo contrario, recibirían “cristiana sepultura”.

Es una noticia que se repite cada semestre ante la inminencia de las vacaciones parlamentarias. El 16 de diciembre próximo, si no hay convocatoria a sesiones extraordinarias, el Congreso saldrá a receso por espacio de tres meses y volvería a reunirse el 16 de marzo del 2017.

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Y como les suele pasar a los malos estudiantes, que sólo estudian la noche anterior para salvar el curso, los congresistas, a un mes de salir de vacaciones es cuando se ponen las pilas para recuperar el tiempo perdido. Ahora, cuando miran para atrás, se pierde la cuenta de las sesiones que se frustran por el ausentismo, tiempo de trabajo que ya no se puede recuperar.

Por eso, Lizcano convocó al Senado a una “maratón” de proyectos de ley para el próximo jueves 17 de noviembre, y así salvar los que están a punto de hundirse por falta de tiempo.

Uno de ellos, en teoría, no debería generar controversia, por el contrario, supone beneficios para todos los ciudadanos. Se trata de la reforma constitucional que pretende elevar al rango de derecho fundamental al agua  en el territorio nacional. El proyecto es de los senadores Jorge Prieto, Claudia López, Jorge Iván Ospina  (Alianza Verde), Guillermo Santos, Luis Fernando Velasco, Sofía Gaviria (P. Liberal), Andrés García Zuccardi (la U), Susana Correa (Centro Democrático) e Iván Cepeda (Polo).

La iniciativa tiene que ser aprobada en ocho debates, y ya ha superado cinco. Le faltan la discusión en la plenaria del Senado y los debates en Comisión primera y plenaria de la Cámara de Representantes, además del trámite de la conciliación entre Senado y Cámara, en caso de ser necesario.

El proyecto propone adicionar el artículo 11 de la Constitución, el que consagra que el derecho a la vida es inviolable y que en Colombia no habrá pena de muerte.

Elemento indispensable para la vida de todos

La propuesta es consagrar que todo ser humano en el territorio nacional tiene derecho al agua, en condiciones de accesibilidad, calidad y disponibilidad conforme al principio de progresividad.

El objetivo, según uno de sus autores, el senador Jorge Prieto, es elevar a norma constitucional el derecho fundamental de todo ser humano al agua, elemento indispensable para la vida de los seres humanos de las actuales y de las futuras generaciones y para la estabilidad del medio ambiente. Con la reforma, dice, al Estado le corresponden los deberes de garantizar la protección y la recuperación de los ecosistemas del recurso hídrico.

Su uso prioritario, dice la propuesta, es el consumo humano sin detrimento de su función ecológica, para lo cual el Estado garantizará la protección y la recuperación de los ecosistemas del recurso hídrico.

La iniciativa, en los cinco debates que ha superado, ha tenido casi total respaldo al momento de las votaciones, sin embargo, su trámite ha estado enlodado en otras instancias, aplazamiento de debates, o que ha sido agendada sin orden de prioridad.

Eso es lo que ha pasado en la plenaria del Senado. Aunque en teoría las reformas constitucionales tienen prioridad, el proyecto del agua fue agendado esta semana en el punto número 15 del orden del día. Entre martes y miércoles el Senado se ocupó de la crisis de Electricaribe, sin abordar las iniciativas legislativas.

“Si perdemos la próxima semana en el Senado, el proyecto se hunde definitivamente -dice a Semana.com el senador Prieto-. Le hemos pedido al Gobierno que fuera el que jalonara este proyecto porque debía de ser de iniciativa del gobierno nacional. El agua es el bien más importante que pueda tener un país”.

Las cuentas están a la contra

Si el proyecto se aprueba el 17 de noviembre, deberá esperar 15 días para hacer tránsito a la Cámara de Representantes. En los cálculos, se debería dar el debate el debate en comisión el jueves 8 de diciembre, pero ese día es festivo. Para salvar el proyecto la comisión estaría obligada a sesionar el viernes 9 de diciembre.

De ser así, el debate en la plenaria de Cámara sería el 16 de diciembre, precisamente el último día de sesiones. El proyecto, entonces, ya no cuenta con margen de error, ni admitiría dilaciones.

Prieto asegura que entre las razones para que el proyecto esté a punto de hundirse puede estar el desconocimiento de los congresistas al proyecto. “Con el agua sucede como con la guerra, quienes somos de provincia y la hemos padecido nos importa, pero en las ciudades les da lo mismo si acabamos la guerra con las FARC y el ELN. Nosotros los que vivimos en provincia y que nacimos a la orilla del río, de las quebradas, de las lagunas, vemos con mucha preocupación cómo han disminuido la laguna de Tota en Boyacá, el río Rancherías en La Guajira. Puede ser porque los parlamentarios ni el Gobierno hayan entendido bien el problema”.

Sin embargo, y espera que no sea el caso, insinúa que haya intereses asociados a las grandes multinacionales y las mineras “que se apoderen de las fuentes de agua tal como se ha venido denunciando en muchas partes del mundo”.

Lo cierto es que su proyecto no cuenta con el pleno respaldo del Gobierno. Semana.com conoció los conceptos del Ministerio de Vivienda, el Departamento Nacional de Planeación y la Superintendencia de Servicios Públicos, que coinciden en advertir el riesgo de que con esta reforma, “por vía de la interpretación de la norma, y de acuerdo con el contenido del texto, se pueda concluir sobre la gratuidad del servicio de agua potable”, según se advierte en un documento firmado por Harold Guerrero, viceministro de Agua y saneamiento básico.

Prieto, en la ponencia para el sexto debate, advierte que la reforma no convertirá el servicio en gratuito, ni tampoco propiciará tutelatones.

Además de los ambiguos conceptos del Gobierno, pues por un lado respaldan la iniciativa, la reforma del agua como derecho fundamental tiene otro obstáculo en la disciplina de los parlamentarios. La próxima semana será decisiva para el proyecto, pues se podría salvar o hundir definitivamente.