Desde hace varios años, en ATI, nos hemos venido oponiendo a las diversas formas de comodificación y privatización de la biodiversidad. Hoy vivimos una nueva ola de privatización a
través de la aplicación de mecanismos financieros. Desde este ámbito, los intereses de las grandes corporaciones empujan reformas en políticas internacionales y nacionales para facilitar el control de la biodiversidad. No es la primera vez que lo hacen, ya habíamos vivido intentos similares a través de la promulgación de políticas que privatizan la biodiversidad en sí misma y otras, que promueven lo mismo pero referidos a sus elementos genéticos y bioquímicos a través de diversos mecanismos de propiedad intelectual. Hoy en día se le quiere convertir tan solo en un activo financiero.

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