Declaración de Sintracarbón, Sintraelecol y la Unión Sindical Obrera
10 de diciembre del 2020

 

La Transición Energética no solo es un imperativo global, es también un componente prioritario de la agenda del sindicalismo mundial y el de nuestras organizaciones. La degradación ambiental y la reacción ciudadana mundial deben llevar a replantear la industria, a fijar metas y plazos eficientes para abandonar los combustibles fósiles y adoptar nuevas tecnologías.
Para Sintracarbón, Sintraelecol y la Unión Sindical Obrera es una necesidad contribuir a que se desate el proceso de transición energética basado en al menos tres cosas:

1. Que haya una política pública nacional de transición que como mínimo permita cumplir realmente las metas del Acuerdo de París.

2. Que esa política sea implementada mayoritariamente por empresas y entidades del Estado y que el Estado a su vez pueda regular y monitorear la intervención de los actores privados del sector minero y energético.

3. …Y que los avances en el proceso de transición energética no destruyan el trabajo decente y ni a las organizaciones sindicales del sector, sino que por el contrario genere condiciones laborales dignas y una fuerte organización sindical en el sector energético.

El gobierno, al menos en el discurso, ha reconocido la urgencia de la Transición Energética. Pero lo hace desde su visión neoliberal y colonialista que consiste en entregarle el nuevo negocio a las multinacionales y a especuladores financieros. Las élites no ven la transición como un camino para generar trabajo decente y nuevos recursos para disminuir las enormes desigualdades sociales y territoriales que impiden el desarrollo del país con un enfoque de derechos.

Ellos ven la minería como un negocio que se acaba y no se les ocurre que es indispensable pensar cómo reemplazar billones de pesos en ingresos sustanciales para el Estado central y las entidades territoriales, mantener al menos 300 mil puestos de trabajo y el bienestar que generan, en cómo van a transitar de oficios e ingresos centenares de miles de familias colombianas que viven de la minería y el petróleo.

Hasta el momento lo que prima es la emergencia fiscal del Estado provocada por un sistema tributario profundamente regresivo. Así, mientras nosotros defendemos que las empresas públicas lideren la transición, conservando su carácter público es decir, de todos los colombianos  y consolidando las iniciativas que alrededor de ese propósito se adelanten. El gobierno busca vender Ecopetrol, ISA, Cenit o las últimas electrificadoras públicas para cuadrar caja y evitar malas evaluaciones de las calificadoras de riesgo.

No es igual con nuestras organizaciones que somos responsables con el país, por eso impulsamos un modelo energético justo, democrático y nacionalista, pensando en una transición que conserve empleos e ingresos para las comunidades con las nuevas fuentes energéticas. Una transición que parta de la negociación de una nueva agenda energética con nosotros y con el resto de la sociedad.

Si las empresas públicas, que acumulan la experiencia y el conocimiento del sector, no lideran la transición ¿quién la va a hacer? Pues las empresas multinacionales, que están listas a asumir el nuevo negocio con menos empleados, sin trabajo decente y mínima inversión. Por eso la primera tarea nuestra es defender el patrimonio de todos, evitar su desmembramiento y la subasta de nuestros activos resultado de un ahorro de generaciones.

Los trabajadores de la energía debemos ser parte de la transformación, tenemos el conocimiento y la experiencia para pensar, proponer y avanzar en la discusión para fijar una política de transición. Y, sobre todo, somos los únicos que defendemos una visión democrática, con equidad y con visión social de la repartición de las riquezas
nacionales. La necesidad de no dejar desamparados a los millones de colombianos (incluyendo al Estado) que viven alrededor de la energía y la minería debe ser un principio en la política de transición energética.

Tenemos que convocar a los mejores expertos a analizar el tema para enfrentar los impactos en las comunidades y los trabajadores. Esta es la política pública que tenemos la obligación de construir. Nosotros como sindicatos del sector, vamos a construir, con otros actores académicos, sociales, globales, una propuesta de transición energética justa y razonable y se la presentaremos al país para la discusión.

Este evento hace parte de eso que tenemos que hacer.

Sintracarbón
Sintraelecol
Unión Sindical Obrera
Central Unitaria de Trabajadores
Confederación Sindical de las Américas

 

Descargar Declaratoria: