¡Gracias por compartir tu voz con nosotros!

Te invitamos a explorar más sobre cómo podemos escuchar y cuidar mejor de la vida y la naturaleza, de acuerdo a tus respuestas. Recuerda que juntos, podemos trabajar para crear un futuro más sustentable.

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 1?

Cambiar nuestros modos de vida y la forma en la que consumimos
(alimentos, ropa y tecnología, etc.)

La era del petróleo está llegando a su fin; ningún energético es capaz de reemplazarlo plenamente y ningún planeta es capaz de aguantar nuestro nivel de consumo. Por eso, el llamado es a transformar nuestro modo de vida como sociedad, poniendo en el centro el bienestar, la dignidad y la justicia.

¡Escucha nuestro podcast sobre fracking y entérate!

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 2?

Generar más leyes ambientales y multas a quienes contaminan

Este enfoque se centra en la compensación ambiental, que ha permitido que grandes corporaciones puedan pagar por «permisos para contaminar», en lugar de hacer reducciones reales de la contaminación. Tal es el caso de los mercados de carbón, una «solución» verde, que lejos de ser una solución real, reproduce la lógica económica tradicional con un «toque verde», transformando la naturaleza en un bien de mercado. La financiarización transforma la naturaleza y sus funciones en un producto vendible, una lógica que enfrenta a las comunidades a una paradoja: restringir el uso de sus territorios mientras otorgan permisos para contaminar.

Si quieres saber más, te invitamos a ver nuestra serie «Comprendiendo el Mercado de Carbono: un relato para no especialistas»

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 3?

Rescatar acciones de comunidades étnicas y campesinas para el cuidado del planeta

A lo largo de la historia, comunidades diversas han desarrollado y gestionado conocimientos, prácticas, y formas de relacionamiento con los bienes comunes de la naturaleza. 

Prácticas como como la agroecología, el viverismo, la conservación de semillas, los acueductos comunitarios y la producción de energía alternativa garantizan el autoabastecimiento local, promueven la descentralización, atienden problemas asociados a la escasez de agua, la deforestación y degradación del suelo, y por ende, ofrecen soluciones a la crisis climática.

¡Te invitamos algunas de las experiencias que ya se están implementando en los territorios!

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 4?

Obligar a los gobiernos y corporaciones para que respeten los derechos humanos y ambientales

Las empresas transnacionales se han beneficiado de regulaciones débiles en materia de derechos humanos y ambientales, y han promovido tratados de libre comercio y reformas neoliberales que favorecen sus inversiones. Esto les ha permitido controlar territorios, saquear los bienes naturales y despojar a las comunidades locales en beneficio de sus intereses económicos. Además tienen una gran responsabilidad  en la crisis climática y sistémica que atravesamos. 

Por ejemplo, Glencore, es una de las mayores empresas de explotación y comercialización de minerales en el mundo, obtuvo un beneficio neto de 17.320 millones de dólares en 2022, mientras que en los territorios que opera viola sistemáticamente derechos humanos y ambientales. En La Guajira, en la mina El Cerrejón, la más grande de carbón a cielo abierto en Latinoamérica, ha desplazado a más de 25 comunidades afrodescendientes y wayuu, ha desaparecido 71 pozos naturales de agua y disminuido 17 arroyos.

Como sociedad civil necesitamos exigir políticas públicas y marcos legales que garanticen derechos humanos y ambientales por encima de las inversiones privadas, que protejan a los territorios y las comunidades locales, que obliguen a las empresas a responder por sus daños e impidan que sigan actuando con impunidad.

Para saber más, te invitamos a descargar el informe «¿Cerrejón siempre gana?»

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 5?

Invertir más dinero en la investigación y desarrollo de soluciones tecnológicas

El desarrollo tecnológico y la investigación han traído beneficios a dificultades que ha enfrentado la sociedad; no obstante, el desarrollo tecnológico actualmente fortalece y depende de un sistema de producción y consumo masivo, mediado por la obsolescencia programada, que desconoce los límites biofísicos de un planeta finito.

En ese sentido, salir de la crisis climática requiere un entramado de estrategias que no pueden invisibilizarse por el optimismo tecnológico que simplifica el problema. Es necesario cuestionar las bases estructurales del problema climático: modelos económicos, sociales y políticos extractivistas dominantes y así mismo empezar a imaginar y construir futuros, reconociendo las alternativas que ya se han venido proponiendo.

Por eso, te invitamos a conocer la transmedia Somos Tierra, un relato para intervenir la catástrofe.

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 6?

Encontrar nuevas fuentes de energía

El desarrollo tecnológico y la investigación han traído beneficios a dificultades que ha enfrentado la sociedad; no obstante, el desarrollo tecnológico actualmente fortalece y depende de un sistema de producción y consumo masivo, mediado por la obsolescencia programada, que desconoce los límites biofísicos de un planeta finito. Diversificar las fuentes desde las que se genera energía es un paso para evitar la quema de combustibles fósiles y agravar la crisis climática; sin embargo, el uso de más fuentes de energía sin considerar una distribución más equitativa del consumo energético, ni transformar el modelo extractivista o reparar derechos afectados por el modelo, pueden llevar a que la transición energética reproduzca la injusticia que se vive actualmente.

¿ESCOGISTE LA OPCIÓN 7?

Detener la obsolescencia programada

El consumo desmedido para saciar las demandas tecnológicas ha exacerbado la extracción de minerales. Para el caso de los computadores personales y los celulares, son necesarios cerca de 50 minerales; para los paneles solares y turbinas eólicas terrestres, se requieren más de 20 minerales; y para los carros eléctricos, al menos 6 minerales como cobre, níquel, grafito, litio, manganeso y cobalto.

Pero, más que esto, estos aparatos que usamos diariamente se construyen con una vida útil muy limitada, es necesario pensar nuevas apuestas por arreglar, reparar, recuperar y hacer que las cosas y las relaciones duren, en tiempos en los que el consumismo ha normalizado la obsolescencia programada, el comprar y desechar al instante y el no hacernos responsables o ni siquiera pensar en los residuos que generamos.

¡Inspírate con el Convíte de las Alternativas, por el cuidado de la vida y a cacharreale a las alternativas!