Andrés Idárraga Franco, Diego Andrés Muñoz Casallas, Hildebrando Vélez Galeano

Los empresarios mineros, que obviamente defienden su actividad, argumentan que ésta es necesaria y contribuye al desarrollo, sin embargo, habría que preguntarse ¿qué tan necesaria es la minería? y ¿para quién? y ¿para qué tipo de desarrollo? Se dice, por ejemplo, que se requieren materiales de construcción para el desarrollo urbanístico y la infraestructura de las ciudades, pero se sabe que gran parte de estos materiales se utilizan para construcciones que se encuentran vacías y para rellenar los humedales. Uno de los problemas más importantes de los residuos sólidos en nuestras ciudades es la disposición de escombros y la mayor parte de ellos son de origen minero: ¿cuál es la posibilidad de re-uso y reciclaje de esos materiales? ¿cuál es la eficiencia con la que se utilizan? ¿cómo se beneficia la sociedad de ellos y de sus procesos de generación de valor?

Si bien este trabajo se refiere a las actividades de exploración y explotación mineras, es importante no perder de vista el ciclo de uso de los productos mineros y el ciclo de extracción-producción. Ha sido bastante debatido el caso de los residuos de minerales radiactivos y tóxicos. Cómo valorar el hecho de tener que vivir al lado de esos residuos, es el problema que tienen los habitantes de zonas donde se dis- ponen residuos nucleares o tóxicos; vetas o nacimientos de aguas bajo las minas de oro, en donde se realiza lixiviación con mercurio y/o cianuro. Los métodos de internalización de externalidades son incapaces de valorar las implicaciones de medidas inter-generacionales. Se sabe que el cálculo de los costos marginales de las externalidades exige que se establezca la tasa de descuento y no se puede dar igual peso a los riesgos, a las necesidades, ni a las preferencias del día de hoy con las que tendremos el día de mañana. Una mayor tasa de descuento en el presente implica una infravaloración del futuro, un traslado de los costos de la contaminación a las generaciones venideras, una actitud egoísta de sobrevaloración del presente; a esto lo llaman “externalida- des dinámicas”. ¿Pero quién tiene una valoración de este futuro? Las incertidumbres son enormes para poder calcular monetariamente los riesgos que están involucrados.

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