Acompañamos y apoyamos a organizaciones sociales para que implementen y consoliden alternativas energéticas comunitarias que propendan por la autonomía, respeten los planes de vida territoriales y aporten a las transiciones socio – ambientales.
ENERGÍA Y JUSTICIA CLIMÁTICA
El Área de Energía y Justicia Climática concentra sus esfuerzos en enfrentar los avances de las energías extremas (gas, offshore y yacimientos no convencionales), la crisis climática y la construcción de un sistema energético descentralizado, democrático y justo. Además, fortalece los procesos de implementación de energías comunitarias como aporte a la transición energética justa. Por ello está organizada en dos grandes grupos de trabajo internos: energías comunitarias y energías extremas y crisis climática. El Área la conforman siete personas de disciplinas como la Ingeniería, la Física, la Comunicación y la Pedagogía, algunas de ellas con una amplia experiencia en los temas energéticos.
El tema de la energía se trabaja desde los inicios de Censat Agua Viva: durante los primeros años se trabajó con los sindicatos del sector energético, entre ellos la Unión Sindical Obrera, USO, y el Sindicato de Trabajadores del Sector Eléctrico, Sintraelecol, apoyando sus escuelas de formación. Aunque el área siempre tuvo dificultades para acceder a un financiamiento estable logró dinamizar importantes procesos sociales, como se mencionará enseguida. Desde finales del siglo XX, además del trabajo sindical, Censat Agua Viva comenzó a apoyar procesos de resistencia a represas y a proyectos petroleros. Se apoyaron luchas emblemáticas contra el petróleo, como la resistencia del pueblo U’wa contra Occidental Petroleum Company en Boyacá, y la lucha de organizaciones ambientalistas en Casanare afectadas por los proyectos petroleros de la British Petroleum Company.
También terminando el siglo XX, la organización participó, por invitación de Acción Ecológica de Ecuador, en la creación de la Red Internacional Oilwatch que hace resistencia a las actividades petroleras. Más adelante, en la primera década del siglo XXI, luego de años de relacionamiento con afectados por represas, junto a otras organizaciones como la Asociación de Campesinos, Afrodescendientes, Indígenas y Pescadores de la Ciénaga Grande del Sinú, Asprocig, las comunidades afectadas por los proyectos hidroeléctricos de Salvajina y Anchicayá, el proceso de resistencia al trasvase de Guarinó que apoyaba el Observatorio de Conflictos Ambientales, OCA, de la Universidad de Caldas y la resistencia indígena a la represa del río Ranchería, se creó en 2006, en el municipio de Buenos Aires, Cauca, la Red Nacional de Pueblos Afectados por proyectos hidroeléctricos. En esa misma década, se creó, con varias organizaciones del Caribe, la Atarraya en Defensa del Agua y la Energía, constituida por procesos que luchaban por los abusos de las empresas de servicios públicos en particular, las empresas de energía en la costa Caribe. También se impulsaron debates y encuentros internacionales en torno a la soberanía y la energía para sociedades sustentables.
“El Área de Energía y Justicia Climática concentra sus esfuerzos en enfrentar los avances de las energías extremas”
A partir del año 2012, Censat Agua Viva empieza las denuncias sobre los proyectos de fracking e impulsa dos jornadas nacionales (2013 y 2016) contra el fracking, logrando contribuir a la articulación naciente de la Alianza Colombia Libre de Fracking, ACLF, que se crea formalmente en 2017 en la ciudad de Barrancabermeja. En la actualidad, la ACLF la constituyen alrededor de 70 organizaciones de todo el país. Un grupo de alrededor de 12 organizaciones, incluida Censat Agua Viva, conforman la coordinación de este espacio de articulación . La ACLF ha logrado frenar el avance del fracking en el país y avanzar en el debate sobre las energías extremas y la transición energética.
Es importante mencionar que el enfoque del Área no ha cambiado, pues sigue basado en el cuestionamiento de la matriz energética que soporta esta sociedad; sin embargo, sí se ha logrado poner los énfasis antes indicados.
Dentro de las estrategias de trabajo, el tema pedagógico se expresa en la Escuela de formación de técnicas y técnicos en energías alternativas, que se gestó desde 2014, a partir de intercambios de experiencias entre comunidades de la costa Caribe, Santander y Antioquia. En la actualidad, la Escuela la constituyen el Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander, Comunidades Setaa y el Movimiento Social en Defensa de los Ríos Sogamoso y Chucurí.
Las fuentes de financiación a la fecha de elaboración del PEI son Terre des Hommes Alemania, BUND (Amigos de la Tierra Alemania), el proyecto de Energy Transition Fund, Fastenaktion, Milieudefensie (Amigos de la Tierra Holanda) y la Fundación Heinrich Böll.
El Área de Energía y Justicia Climática trabaja principalmente en Santander, Antioquia, más recientemente en el Caribe y, con menos énfasis, en el Huila y el Tolima, donde se desarrollan diplomados con la Universidad Surcolombiana y Universidad del Tolima en articulación con Asoquimbo y el Comité Ambiental del Tolima, respectivamente.