Amigos de la Tierra

La pobreza es la mayor vergüenza y el escándalo más grande de nuestra era. Apenas comienza el siglo XXI y más de mil millones de personas en todo el mundo viven en condiciones de extrema pobreza. Unos 25 millones de personas mueren de hambre cada año, y mil millones no tienen acceso al agua potable. Casi la mitad de todos los africanos viven con menos de un dólar por día. Las cifras son apabullantes; no obstante, hay cada vez más gente que considera que es posible erradicar la pobreza en las próximas décadas.

Como organización ecologista, Amigos de la Tierra Internacional desarrolla campañas para proteger los bosques, las tierras agrícolas, las pesquerías, los humedales, los ríos y el clima, todos ellos elementos que sostienen a pueblos y comunidades. De hecho, cerca del 70% de los pobres del mundo vive en áreas rurales y depende del medioambiente local para su supervivencia diaria. Existe una relación directa y muy importante entre la degradación del medioambiente y la pobreza rural. Nuestros grupos en distintos lugares del mundo al igual que las comunidades con las que trabajan, son asimismo testigos de que la globalización económica neoliberal ha aumentado la devastación ambiental y la pobreza entre los pueblos que dependen de los recursos naturales. En esta publicación, ilustraremos el trágico ciclo entre la sobre-explotación del medioambiente; la pérdida de autodeterminación económica, política y cultural; la inequidad; y el hambre y la pobreza.

También exploraremos el otro lado de la moneda, y ofreceremos pruebas contundentes de que las comunidades en todo el mundo son capaces de llevar vidas dignas y productivas cuando están a cargo de sus recursos naturales. La población rural, en particular las mujeres y los pueblos indígenas, tienen en general una relación simbiótica muy antigua con el medioambiente que los rodea. Para muchas de estas personas, especialmente las que se consideran «pobres» según el significado económico del término, una vida con sentido tiene que ver con elementos que van mucho más allá del dinero o las posesiones. Se trata de tener acceso y control sobre los recursos naturales y de participar en los procesos de toma de decisiones referidos a esos recursos. No pretendemos tener todas soluciones para la crisis de la pobreza, pero podemos ofrecer algunos puntos de vista esenciales sobre la relación entre el medioambiente y las formas de vida sustentables. Nuestra enfoque de la rectificación de la pobreza y la inequidad incluye apoyar decididamente a los pobladores locales que promueven modelos alternativos de desarrollo. También hacemos campaña a favor de medidas que permitan la redistribución entre los pobres de los recursos y la riqueza que se concentra en los ricos, como por ejemplo, tomando medidas para saldar la deuda ecológica histórica que tiene el Norte con el Sur. Al mismo tiempo, presionamos a las instituciones financieras internacionales, los organismos de comercio, las empresas y los gobiernos para que dejen de aplicar políticas ambientales y sociales ruinosas que destruyen la riqueza natural y generan pobreza humana. Consideramos que la erradicación total de la pobreza, y no simplemente su mitigación parcial, es el desafío más importante que enfrenta hoy la humanidad.

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