Eliana Carrillo, Paula Portela, Iván Pérez – Censat Agua Viva
“¿Quiénes están detrás de las defensoras? ¡La comunalidad! Las comunidades, los procesos organizativos y la capacidad que tienen las mujeres de tejer en el territorio y de disputar ese poder corporativo, capitalista, colonial y patriarcal que pretende individualizar las luchas y hacerlas de sujetos heroicos invisibilizando este tejido social”.
Paula Portela – Área de Conflictos Mineros, Censat Agua Viva
A las cinco de la tarde del 28 de septiembre, en una de las salas del Centro Cultural Gabriel García Márquez en Bogotá, La ilusión de la abundancia empezaba a proyectarse. Fue una fecha muy propicia porque, siendo el día internacional por el acceso al aborto legal y seguro, el retrato de las resistencias de las mujeres en defensa de sus territorios nos hacía pensar que la lucha contra las lógicas patriarcales, la defensa de la autonomía de nuestros cuerpos y la defensa de los territorios, son cosas que van de la mano y se tejen juntas en nuestras resistencias.
En la pantalla las voces de Berta Cáceres y su hija Berta Zúñiga (Honduras), Máxima Acuña (Perú) y Carolina De Moura (Brasil) retrataban con rabia y dolor las consecuencias encarnadas del modelo extractivista, mientras que en la sala llena se desgarraba el corazón y afloraba la indignación frente a tanta injusticia. Por ejemplo, Carolina De Moura mostraba los vestigios del pueblo de Brumadinho, Brasil, destruido por la catastrófica avalancha de la represa de aguas residuales de una mina de la compañía Vale S.A. Al escucharla y verla, se sentía entre los y las asistentes un gesto espasmódico de “asombrodolor”. En contraste, resultaban indignantes las imágenes de alguna oficina del mundo en la que dos hombres sonrientes de corbata estrechan sus manos negociando reparaciones injustas ante situaciones tan perversas, para que luego otro hombre de corbata las anunciara como un gran logro en uno de esos discursos de cajón sobre el progreso, la seguridad y la abundancia.
¿Qué es eso que abunda? ¿Dónde? ¿A quién?
Este documental, dirigido por Erika Ramírez y Matthiu Lietaert, retrata tres casos de la lucha contra el modelo extractivista y el poder corporativo de las transnacionales que destruyen los territorios con la promesa de la abundancia, que ha terminado por convertirse en sinónimo de destrucción, despojo, persecución y la pérdida de la vida misma por el asesinato de lideresas y la degradación de los territorios.
El primer caso retratado es el de Máxima Acuña campesina indígena peruana, agricultora y defensora de su tierra y lagunas en contra del megaproyecto minero Conga, de propiedad de Newmont Mining Corporation y la Compañía de Minas Buenaventura. Ella, acompañada por otras personas de su comunidad, le ganó a esos gigantes corporativos los procesos judiciales con los que pretendieron expulsarla de su territorio. La consecuencia es que su vivienda fue cercada y vigilada por el proyecto minero para llevar a cabo sus operaciones, haciéndola vivir en una fuerte zozobra que, en todo caso, no la hace desfallecer ni cejar en su empeño de quedarse en su tierra.
El segundo caso es el de Berta Zúñiga, lideresa ambiental hondureña y coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (Copinh) e hija de Berta Cáceres, indígena lenca hondureña, lideresa en la resistencia contra la hidroeléctrica Agua Zarca, quien fue cruelmente asesinada en su casa en el 2016, con el objetivo de desintegrar la lucha que ella abanderaba. Sin embargo, tras el asesinato de su madre, junto a su organización, el Copinh, Berta Zúñiga ha convertido ese dolor en más fuerza para seguir resistiendo contra el proyecto hidroeléctrico y su brazo asesino, con el fin de hacer justicia por su madre y el pueblo y territorio lenca.
Finalmente, el último caso es el de Carolina De Moura, habitante de Mina Gerais, quién lleva años buscando justicia en diferentes instancias por las personas asesinadas y los desastres irreparables ocasionados tras la ruptura de la represa de desechos tóxicos mineros en Brumadinho en 2019, tan solo cuatro años después del desastre de Mariana, ambas represas de la empresa Vale. En todos estos escenarios enfatiza cómo este desastre no puede ser compensado monetariamente por la empresa, sin que hayan sido judicializados por lo cometido. Así, a través de estos casos, el documental expone cómo los impactos irreparables de la operación de las transnacionales quedan en una profunda impunidad por el aparato económico, político y judicial con que cuentan, tanto compañías como los Estados, tantas veces cómplices del daño.
Escuche Brumadinho, la canción que esta historia inspiró en El otro Iván
Luego de la proyección, en la sala se conversó, se lloró y se cantó con las intervenciones de las comentaristas del documental y el público. Maryluz Uriana, representante del Colectivo de Defensoras del Territorio del resguardo de Provincial en La Guajira, denunció el accionar de Carbones del Cerrejón, propiedad de la empresa Glencore, en su territorio y la forma en que, con complacencia de algunos miembros de la comunidad, juzgan y hostigan a las mujeres que se resisten a normalizar que la vida de sus familias y ellas mismas sea acabada por la contaminación producida por la actividad minera. Por su parte, Bertha Zúñiga Cáceres protagonista del documental que estuvo presencialmente en la actividad, compartió su experiencia como coordinadora del Copinh después del asesinato de su madre, la importancia de seguir organizándose y de contribuir, desde diferentes expresiones artísticas y culturales, a sostener la memoria y la alegría de la lucha. Adicionalmente, Paula Portela, en nombre de Censat Agua Viva y de la Red latinoamericana de mujeres defensoras de los derechos sociales y ambientales, reconoció la importancia de las mujeres en la defensa territorial como sostenedoras del tejido social y, por tanto, la necesidad de valorar las luchas territoriales desde los principios de la comunidad, la cohesión y el tejido, más que como esfuerzos individuales y particulares.
Lo cierto es que estas mujeres y sus comunidades resisten… no aguantan. La palabra dulce de Máxima, Carolina y Berta que se enseña en La ilusión de la abundancia, nos aterrizan en la cumbre de sus montañas con una mirada de los flagelos del extractivismo y cómo es su lucha contra ellos desde la digna rabia y el “acuerpamiento”, esto es, según Lorena Cabnal, indígena maya-xinca y feminista comunitaria, “la acción personal y colectiva del encuentro de los cuerpos indignados para proveerse de energía política, afectiva y espiritual, para resistir y actuar contra las múltiples opresiones patriarcales, colonialistas, racistas y capitalistas”.
Estas lideresas, como muchos y muchas más, defienden la vida en sus territorios, desde una mirada en que la abundancia no es la promesa de acumulación para unos pocos, sino la idea de diversidad y riqueza de una vida común en dignidad y bienestar verdadero.
Invitamos a ver el tráiler de La ilusión la Abundancia y a estar pendientes del Instagram, Facebook, Twitter del proyecto para próximas proyecciones.
Escuchen también la canción que esta actividad inspiró en El otro Iván, llamada “Brumadinho”.