En el marco de la COP16 sobre biodiversidad, como Censat Agua Viva consolidamos nuestra participación mediante una articulación estratégica con redes y organizaciones aliadas que comparten una visión crítica frente al cuidado de la vida, la biodiversidad y los territorios. Nuestra agenda propuesta para este espacio estará alineada y enlazada con Amigos de la Tierra Internacional (ATI), la federación más grande de organizaciones ambientalistas de base en el mundo, así como Amigos de la Tierra América Latina y El Caribe (Atalc), ampliando lazos con la CBD Alliance, que incluye a organizaciones internacionales como la Global Forest Coalition y la Indigenous Environmental Network.
Temas prioritarios en la COP16
Nuestra participación se centrará en visibilizar dos grandes temas. Primero, la denuncia de las denominadas falsas soluciones que incluyen mecanismos como las compensaciones de biodiversidad, los créditos de biodiversidad, los canjes de deuda por naturaleza o acción climática, y las soluciones basadas en la naturaleza. Estos enfoques, pese a sus nombres amables, enmascaran el verdadero impacto que tienen sobre los ecosistemas y las comunidades locales, perpetuando la destrucción, manteniendo o incluso profundizando relaciones de poder desiguales y concentración de la riqueza, en lugar de fomentar una conservación genuina.
El segundo eje será la promoción de prácticas de manejo comunitario y de cuidado territorial, así como acciones de reparación de ecosistemas afectados por actividades extractivas. Estas iniciativas son lideradas por las comunidades locales y representan una verdadera alternativa a los modelos tradicionales de conservación impuestos desde fuera de los territorios. En este caso, tendremos un espacio articulado con el Centro Nacional de Memoria Histórica (CNMH), desde su estrategia de SaNaciones, que busca resaltar el sistema de conocimiento propio de los pueblos indígenas en la reparación integral de los territorios que han sido impactados en el marco del conflicto armado.
Allí, un aspecto importante que buscamos visibilizar es la relación que hay entre la crisis climática y la protección de la biodiversidad, considerando que el concepto de «compensación» impulsado desde estos escenarios, justifica la destrucción de ecosistemas que no son considerados «estratégicos». Este modelo perpetúa la explotación de territorios como La Guajira o Putumayo, convertidos en zonas de sacrificio, pues se considera que la explotación de minerales como el cobre justifica continuar su expoliación, ahora en nombre de la transición energética, para favorecer un sistema que sigue pensando en una inexistente utilidad pública de la explotación de la naturaleza.
Así mismo, estaremos mostrando una mirada crítica a la apuesta de cambiar naturaleza o acción climática por deuda, a través de una investigación que construimos con la Universidad Nacional de Colombia.
Aliados y redes clave
Como lo señala Tatiana Rodríguez, coordinadora general de Censat, tenemos claro que la COP16 es un escenario de discusión global en «donde Colombia es apenas un actor más en un amplio ecosistema de Estados en las Naciones Unidas», a lo que se suman fuertes intereses y presiones corporativas. En ese sentido nuestro rol en este espacio estará enfocado en buscar la incidencia tanto en el Gobierno colombiano, como en los gobiernos globales, para generar compromisos reales de protección a los territorios, proporcionando y facilitando la circulación de insumos que enriquezcan las acciones autónomas y legítimas de los movimientos y comunidades con las que hemos trabajado, respetando la diversidad de agendas y enfoques.
En ese sentido, es importante señalar que la COP16 será un espacio de confluencia con múltiples actores aliados que estarán desarrollando actividades y abordando temas cruciales para la biodiversidad y el clima, como es el caso de la Iniciativa de la Red Gran Caribe, cuya presencia estará enfocada en mostrar el impacto de la exploración y extracción de combustibles fósiles en la biodiversidad marino costera, en una región interconectada ecológicamente, lo cual representa un altísimo riesgo para la pervivencia de todas las comunidades de la región.
Finalmente, es fundamental recordar que el contexto colombiano está marcado por la reconfiguración del conflicto armado y una des-articulación de movimientos sociales, lo que requiere un enfoque sensible y proactivo para que las acciones no causen daño a las comunidades locales. Con la COP16 a la vuelta de la esquina, Censat Agua Viva reafirma su compromiso de acompañar a las comunidades en su lucha por una biodiversidad viva y un futuro más justo y sustentable.
Este es el momento de defender la vida, de cuestionar mecanismos que solo benefician a unos pocos y de construir un camino en donde las comunidades sean la guía para la protección de la biodiversidad de la cual la vida humana también hace parte.