Las niñas y niños campesinos son preciosas semillas que permiten la continuidad de la vida montañera, por eso las empresas aguacateras deben alejarse de ellas, como también deben tomar distancia de los maíces criollos, las aguas andinas y los montes nativos.
En años recientes el monocultivo de aguacate hass va en aumento en las laderas de las cordilleras central y occidental de los andes colombianos. Esta expansión ha generado tensiones y conflictos socioambientales en diferentes lugares donde las comunidades han denunciado afectaciones al agua, a los montes nativos, a los agroecosistemas familiares, también a los acueductos y carreteras veredales, así como a los tejidos comunitarios. Esta situación genera preocupación puesto que todos los impactos sociales, económicos, culturales y ambientales de la agroindustria aguacatera repercuten de manera particular en la vida de niñas, niños y jóvenes.
Hechos
El pasado 3 de agosto en la vereda Alto Castillo, del municipio de Villamaría en Caldas, niñas y niños de la Institución Educativa Colombia fueron retirados de la institución sin autorización de madres y padres de familia para ser llevados a la Institución Educativa Colombia de la vereda la Guayana en el mismo municipio, donde realizaron una actividad con la empresa Camposol que tanto los niños y niñas como sus familias desconocían1.
La profesora y coordinador de la institución educativa quienes facilitaron el traslado de las niñas y niños, indicaron que lo hicieron porque la empresa Camposol se los había solicitado de una manera muy especial para que participaran en una actividad “ambiental”. Según la comunidad “están utilizando a los niños para fines comerciales de las empresas, y para la Institución Educativa fue más poderosa la solicitud de la multinacional que el permiso de los padres de familia”.
Camposol2 es una empresa agroexportadora que llegó en 2017 a los departamentos de Risaralda y Quindío y ha expandido su producción de aguacate hass paulatinamente hasta llegar a la cuenca del Taguambí (Río Claro) en Villamaría, Caldas. La afectación generada en este territorio por parte de las empresas aguacateras es preocupante y se comprueba en el proceso sancionatorio ambiental adelantado por Corpocaldas a partir del Auto número 2019-0570 del 21 de marzo de 2019 “por medio del cual se formulan a la empresa Camposol Colombia SAS los cargos de destrucción del ecosistema y daño ambiental severo por deforestación”.
Consideramos
Son ética, jurídica, social y ambientalmente cuestionables todas las acciones que promueven la imagen de empresas como Camposol en las laderas andinas, cuando ella ha venido generando graves afectaciones a la vida en nuestros territorios.
El uso de niñas y niños por parte de empresas extractivas, aún para actividades “ambientales” que pretenden limpiar los impactos que ellos mismos generan, deberían catalogarse como graves infracciones a los derechos de los niños y niñas.
La dimensión y gravedad de la expansión del monocultivo de aguacate hass en Colombia tiene efectos directos y colaterales en la vida de los niños, las niñas y jóvenes y sus familias. A propósito de la exaltación de la agroindustria como posibilidad de desarrollo en nuestros territorios campesinos y montañeros, hacemos un llamado al gobierno nacional para privilegiar la vida de las niñas y niños por encima de las pretensiones de desarrollo, progreso y crecimiento económico.
Las actividades agroextractivas redundan en la ausencia de garantías para el ejercicio de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales, truncando los sueños de niñas y niños y afectando sus cuerpos territorio, las relaciones comunitarias y familiares; asimismo afectando sus caminos espirituales y la posibilidad de conexiones profundas con las capas vegetales, la memoria de las aguas, los alimentos y los animales del monte.
Colombia presenta una grave situación de desplazamiento interno, especialmente para comunidades rurales por causa del extractivismo y el conflicto armado, consideramos urgente ofrecer garantías a las comunidades campesinas y montañeras para que permanezcan en sus territorios. Esto incluye respetar sus identidades, memorias y prácticas bioculturales, limitar el poder corporativo y garantizar una educación libre de las influencias de empresas que bajo su racionalidad económica pasan por encima de los intereses y sueños de las comunidades.
Colombia como un Estado Social de Derecho, debe fortalecer y garantizar el respeto y disfrute de los derechos fundamentales de los niños, niñas y jóvenes, como sujetos de especial protección, y procurar una vida digna para todos y todas. Esto implica, entre otros elementos, educación de calidad, una alimentación equilibrada, condiciones socio ambientales óptimas para el desarrollo de sus ciclos vitales, salud comunal y familiar y, por supuesto, una institucionalidad que garantice la preservación de sus derechos. Las empresas extractivistas no serán nunca quienes funjan con esa tarea.
Invitamos
A las comunidades, organizaciones, instituciones educativas donde se asientan proyectos aguacateros, abrir espacios de diálogo autónomos para pensar y sentir cuál ha sido el papel de estas empresas en los territorios y qué tanto están influyendo en las formas de vida campesinas, muy especialmente en las perspectivas de vida de las niñas, niños y jóvenes.
Exigimos
Al Estado avanzar cuanto antes en acciones coherentes que velen por la protección integral de niñas, niños y jóvenes que están en contextos de extractivismo agroindustrial para que cesen de manera inmediata las acciones que siguen afectando sus vidas.
Al Gobierno Nacional, Secretarías de Educación, Alcaldía Municipal de Villamaría, Gobernación de Caldas y Ministerio de Educación garantizar que las empresas aguacateras y otras empresas extractivas estén por fuera de las instituciones educativas, de la política pública y de los programas gubernamentales en esa materia, esto para privilegiar la función social de la educación contenida en el artículo 67 de la Constitución Política que señala expresamente que “La educación es un derecho de la persona y un servicio público que tiene una función social; con ella se busca el acceso al conocimiento, a la ciencia, a la técnica, y a los demás bienes y valores de la cultura (…)”. Asimismo cumplir el citado artículo de la CP que les obliga a “regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia de la educación con el fin de velar por su calidad, por el cumplimiento de sus fines y por la mejor formación moral, intelectual y física de los educandos”.
Al Gobierno Nacional, Secretarías de Educación, Alcaldía Municipal de Villamaría, Gobernación de Caldas y Ministerio de Educación garantizar que las empresas aguacateras estarán por fuera del sistema educativo ya que la misma disposición constitucional establece que los responsables de la educación son la familia, la sociedad, y el Estado, no así las Empresas. Al Estado en específico, le cabe la obligación de “regular y ejercer la suprema inspección y vigilancia… ”. Asimismo, dispone que la Nación y las entidades territoriales deben participar en la dirección, financiación y administración de los servicios educativos estatales, en los términos que señalen la Constitución y la ley.
Al Ministerio de Ambiente y su programa de Educación Ambiental que garantice que la actualización de la Política Nacional de Educación Ambiental estará libre de la injerencia de intereses económicos y se tendrán en cuenta las afectaciones de las empresas extractivas no solo a nivel ambiental sino bioculturalmente para que estas sean limitadas en su accionar y se mantengan alejadas de las niñas y niños y los programas de educación ambiental de las instituciones públicas.
Al Gobierno Nacional, proteger el interés superior de niñas y niños promoviendo acciones de prevención y protección para ellas, incluyendo la restricción a los proyectos aguacateros, especialmente en la cuenca del río Cauca. La altísima expansión de monocultivos de aguacate representa una mayor situación de riesgo para niñas y niños, no sólo por la fuerte transformación de las montañas donde se asientan estas empresas, sino por el alto uso de agroquímicos, la presencia frecuente de vigilancia armada, la intervención en la vida comunitaria e institucional y el flujo de vehículos y personas foráneas.
A las empresas aguacateras y agroextractivas abstenerse de realizar este tipo de actividades con niñas, niños y jóvenes, respetar las instituciones educativas, las comunidades campesinas y montañeras donde se asientan y cesar de afectar de manera negativa nuestros lugares de vida.
Agosto, 2023
Firmas
Padres y madres de niñas y niños de la Institución Educativa Colombia
• Viviana A Fernández Flórez
• Lina Rocío Castro López
• Wbeimar Gómez Escobar
• Yan Jagler Hernández
• Yinet Castro López
• Yuliana Castro López
• María Cristina Díaz C
• Luis Alberto López G
• Claudia Marcela Díaz
• Julián Osorio Arias
Organizaciones Firmantes
• Acción Ecológica – Ecuador
• A FASE/ES- Brasil
• Amar es más- Quindio
• Asociación Centro Académico de Investigación Rural, La Marcada- Risaralda
• Asociación de Investigadores del Eje- Caldas
• Carnaval por la Vida “Sandra Viviana Cuellar”- Cali, Valle
• Casa Raizal- Cumaral, Meta
• Censat Agua Viva – Amigos de la Tierra Colombia
• Centro Integral de Educación Ambiental CIEA- Sevilla- Valle
• Ciciguak Agroecología- Caldas
• Cinturón Occidental Ambiental COA- Antioquia
• Colectivos Unidos en Puerto Resistencia- Cali, Valle
• Colombia Soberana Comunicaciones y Derechos Humanos – Cali
• Comité de Concertación Social Pueblorrico COCOSOP- Antioquia
• Corporación INGUK: Centro Andino de Investigación y Montañas- Caldas
• Corporación Nodo- Caldas
• Corum Marinilla- Antioquia
• COSAJUCA Colectivo Socioambiental juvenil de Cajamarca- Tolima
• DDHH N21 Incluyente y Diverso- Cali, Valle
• Ecofinca La Soledad- Caldas
• Ecogenova- Génova, Quindío
• Endémico Andino- Bogotá, Cundinamarca
• Escuela Comunitaria para la Vida Corazón Nativa- Antioquia
• Espacio de Vida Naksí- Caldas
• Finca El Corazonar- Vereda La Guayana- Caldas
• Fogón juvenil por la semilla, el alimento, la memoria y el territorio- Cundinamarca
• Fundación CECUCOL Centro Cultural Comunitario Las Colinas- Cali, Valle
• Fundación Conmutativa Huertas Urbanas- Caldas
• Fundación Senderos de Luz- Caldas
• Guardianes del Y’vera- Corrientes Argentina
• JODETE- Jóvenes por la defensa del territorio- Antioquia
• Marcha Carnaval Caldas
• Marcha Carnaval Quindío
• Minga de sembradores de vida- Valle
• Monte Adentro- Cali, Valle
• Movimiento Socioambiental Kumanday- Caldas
• Organización Bajo Pance- Cali, Valle
• Otros Mundos- Chiapas, México
• Pulsar de la Tierra- Caldas
• Raízenmovimiento- Caldas
• Rede Alerta Contra os Desiertos Verdes- Brasil
• Tejido de las Guardias Montañeras y Montañeritas- Caldas y Quindío
• Montes Nativos sin monocultivos – cuenca del río Cauca
• VAS Cali- Valle
Notas
- Camposol es una transnacional peruana con capital extranjero, no solo es la principal empresa agroexportadora del Perú, sino también uno de los actores de importancia de esta industria a nivel global. Sus operaciones agroindustriales abarcan cuatro países (Perú, Uruguay, Colombia y Chile) y sirven a mercados en tres continentes (América, Asia y Europa). ↩︎
- Camposol es una transnacional peruana con capital extranjero, no solo es la principal empresa agroexportadora del Perú, sino también uno de los actores de importancia de esta industria a nivel global. Sus operaciones agroindustriales abarcan cuatro países (Perú, Uruguay, Colombia y Chile) y sirven a mercados en tres continentes (América, Asia y Europa). ↩︎