Este festival, en su tercer año, es un recordatorio tangible de la importancia del cuidado y la protección del territorio y los recursos hídricos. Emilse Cortés, una de las impulsoras del festival, destaca cómo esta celebración abarca no solo concursos de poesía y fotografía, sino también una variedad de actividades que evidencian la conexión profunda entre el agua, la tierra y la vida.
Cumaral y el departamento del Meta han sido claves en proyectos que amenazan la sostenibilidad ambiental y cultural del territorio. Este festival emerge como una manera de resistir y para “dejarle claro a quienes promueven el extractivismo, que Cumaral y el Piedemonte Llanero es un territorio que tiene muchas otras potencialidades”, explica Emilse.
Por ejemplo, Emilse afirma promover alternativas como el turismo sostenible, la agroecología y la producción artesanal, que no solo fortalecen la economía local, sino que también protegen los recursos naturales y el agua. Uno de los eventos dentro del festival es la feria agroalimentaria, respaldada por la Asociación de Productores Agroecológicos, siendo un ejemplo de cómo la comunidad se une para fomentar prácticas más conscientes y sostenibles.
Al recordar el éxito del festival del año anterior, Emilse enfatiza en el poder de la participación comunitaria y el apoyo voluntario. A pesar de los recursos limitados, la comunidad ha permitido que la iniciativa crezca y se fortalezca, ofreciendo un escenario para artistas locales y una plataforma para la conciencia ambiental.
Este año habrá concierto por el agua, presentación de grupos artísticos, danza, circo, talleres, exposición de documentales, un taller de cine enfocado al agua, una comparsa carnaval por la vida donde participan bandas marciales de diferentes territorios, conversatorios, olla comunitaria y por supuesto el Primer Concurso Nacional de Poesía Ambiental.
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