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Mandato Waorani para el cierre, desmantelamiento y reparación del Yasuní. Un referente para pensar un mundo más allá de los fósiles

Oct 1, 2024 | Noticias y análisis - Energía y Justicia Climática

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Por: Eliana Carrillo – Área de Energía y Justicia Climática

En el marco de la Asamblea Regional de la red internacional Oilwatch en 2024, participamos en la I Cumbre Internacional por el Yasuní “Una oportunidad histórica para frenar la crisis climática”, que tuvo lugar el 28 y 29 de agosto de 2024 en Puyo, en la Amazonía ecuatoriana. En esta Cumbre, convocada por la Nawe (organización de la Nacionalidad Indígena Waorani de las provincias de Orellana, Napo y Pastaza de la amazonía ecuatoriana), se denunció el incumplimiento del mandato popular del pueblo ecuatoriano por dejar el petróleo en el subsuelo del Bloque 43 (Yasuní ITT: Ishpingo – Tiputini – Tambococha), adoptado en la Consulta Popular del 20 de agosto del 2023 y se ratificó la defensa del Yasuní. Allí se denunció que no se ha realizado, como lo había ordenado la Corte Constitucional, un cierre progresivo y ordenado de ese bloque en el transcurso de un año, sino que se mantiene allí la extracción petrolera. 

La propuesta del Yasuní representa un hito histórico a nivel mundial en la lucha por dejar el petróleo en el subsuelo. En el 2007 se lanzó la iniciativa Yasuní ITT la cual tiene su origen en las luchas de las nacionalidades indígenas y comunidades de la Amazonía ecuatoriana, apoyada por grupos ecologistas y con el liderazgo del entonces ministro de Minas y Energía del presidente Correa, Alberto Acosta. La iniciativa proponía  no explotar un área del Parque Nacional Yasuní, la cual se encuentra en el corazón de la Amazonía ecuatoriana, a cambio de una contribución financiera mundial, enmarcada en la discusión de la deuda ecológica y las responsabilidades compartidas pero diferenciadas entre los países del Norte y los países del Sur Global. Esta iniciativa buscó ser una respuesta ante la crisis climática, proteger la biodiversidad de la Amazonía, los derechos de las nacionalidades indígenas y comunidades que la habitan, así como la transformación de la matriz energética y productiva del Ecuador. No obstante, en el 2013, el Gobierno de Rafael Correa anunció que dejaría esta iniciativa sin efecto y dió paso a la explotación petrolera en esta zona del parque. Ante esto, ha habido una fuerte lucha apoyada por gran parte de la ciudadanía, organizaciones y movimientos sociales de la sociedad civil ecuatoriana e internacional para frenar la explotación y dejar el petróleo en el subsuelo en el Yasuní ITT, tal como propuso la iniciativa. Es así como el pasado 20 de agosto del 2023 se realizó una Consulta Popular en Ecuador en donde uno de los puntos fue la decisión sobre continuar o frenar la explotación petrolera en el Bloque ITT del Parque Nacional Yasuní. En esta Consulta ganó el “Sí al Yasuní” con el voto de un 60 % de la población ecuatoriana. 

I Cumbre Internacional por el Yasuní “Una oportunidad histórica para frenar la crisis climática”

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Sin embargo, ha habido una serie de incumplimientos al mandato popular. A un año de la Consulta, el Gobierno anunció que se apagó tan sólo 1 de los 247 pozos del ITT. No obstante, en la Cumbre se señaló que en realidad este pozo ya era improductivo, por lo que ello no significa un avance en el cierre del bloque. En ese mismo estado se encuentran 54 pozos, los cuales, a pesar de estar inactivos aún no cuentan con un cierre adecuado. El actual presidente Daniel Novoa señala que el plazo debería ser de cinco años y cinco meses para el cierre y retiro de la infraestructura del ITT, incluso se habló de una moratoria al cierre del Yasuní, que podría permitir la perforación de nuevos pozos petroleros, lo que significa el incumplimiento de la voluntad popular del pueblo ecuatoriano y de la sentencia emitida por la Corte Constitucional. Por otro lado, el 8 de mayo se constituyó el Comité de Ejecución de la Voluntad Popular La CEVP Yasuní ITT – CEVP Yasuní ITT- por parte del poder ejecutivo. No obstante, la nacionalidad indígena Waorani denuncia que no fue convocada a este Comité, haciendo muy complejo un cierre y reparación que incluya a los pueblos afectados por la industria petrolera.

Además,  aún hoy se sigue extrayendo petróleo, no hay un cierre adecuado de los pozos inactivos y no se ha iniciado un plan integral de reparación de la naturaleza y de las nacionalidades indígenas y comunidades que habitan este territorio. Es por esto, que la nacionalidad Waorani hizo una declaratoria de emergencia en esta Cumbre, presentando su Mandato de cierre, desmantelamiento, restauración ecológica y reparación social del Yasuní como lo ordena el mandato popular. 

“Para el pueblo Waorani las luciérnagas (yagai) son guías. En las zonas intervenidas por las actividades petroleras las luciérnagas se queman en los mecheros o se ahogan en las piscinas de desechos. La restauración de la selva, ruta en la que hoy nos encontramos, permitirá que vuelvan a brillar en la selva y tendrá el papel de guía para otros territorios que deben ser restaurados”.

(Fragmento del Mandato Waorani, 2024).

Para las nacionalidades indígenas y los diferentes pueblos que habitan la Amazonía ecuatoriana, los 50 años de la explotación petrolera allí han significado empobrecimiento, daños a perpetuidad y afectaciones que exigen una reparación inmediata, ante la amenaza a la vida digna y pervivencia de sus pueblos. Estas acciones de reparación deben contemplar los retos y profundas afectaciones que el extractivismo ha generado en los territorios. Es por esto que en la Cumbre se habló de criterios centrales a tener en cuenta en el proceso de reparación, señalando la necesidad de que esta sea integral (hacia la naturaleza, las comunidades y la reconstrucción de confianzas), proporcional al daño y necesariamente con participación de las nacionalidades indígenas y los pueblos que habitan la Amazonía ecuatoriana. También, se señaló que ello debe incluir acceso a la información y una evaluación de la situación del territorio en donde participen las comunidades. 

Un punto central que se resaltó en la la Cumbre fue que “Monito Waorani Ome/Yasuní imonia (Los Waorani somos el Yasuní)” lo cual complejiza el entendimiento de la relación sociedad-naturaleza, disputando la visión de la selva amazónica como un territorio sin gente. Al contrario, dentro de la concepción de los Waorani, las nacionalidades y los pueblos que viven allí son parte fundamental y constitutiva de la selva amazónica por lo que su pleno involucramiento en todo el proceso de cierre y reparación es fundamental. Sobre este punto también hubo una reiterada mención de los derechos de los pueblos en aislamiento voluntario, de los cuales se reconocen dos, Tagaeri y Taromenane, aunque no se descarta la existencia de otros aún desconocidos. 

De igual forma, se mencionó que estos procesos de reparación deben incluir un cambio en las relaciones de poder, superando obstáculos como la generación de dependencia, la pérdida de confianza, las rupturas en el tejido social, divisiones comunitarias y problemas de cohesión, así como un compromiso en las medidas a adoptar. También se señaló la necesidad de tener en cuenta aspectos culturales como los tiempos y las formas de toma de decisión de los pueblos, así como la construcción de un mecanismo de cumplimiento que incluya a las comunidades afectadas y a las agencias del Estado. 

En este sentido, el mandato presentado por los Waorani contempla algunos principios clave para el cierre de la actividad hidrocarburífera en dicho bloque como lo son la participación directa de las nacionalidades indígenas y comunidades del Yasuní, la transparencia y la rendición de cuentas con mecanismos sociales adecuados de seguimiento, la acción sin daño, la reparación social, ambiental y de la naturaleza, acciones coordinadas entre las distintas instituciones del Estado, alternativas económicas y apoyo a la reconversión productiva de los territorios afectados por la dependencia a la industria petrolera, protección de los pueblos en aislamiento voluntario, entre otros. 

El mandato presenta una serie de “acciones para el cierre y salida responsable de la operación hidrocarburífera en el bloque 43 ITT”. Dentro de estas, se plantean unas acciones inmediatas, acciones para los primeros 100 días, acciones propuestas para el cierre, desmantelamiento, restauración ecológica y reparación social, así como acciones de post cierre. Frente a las acciones inmediatas para el cumplimiento de la voluntad popular, se exige el cierre adecuado de los pozos petroleros y el cese de la extracción petrolera. Dentro del mandato se estipula la necesidad de hacer un plan piloto de taponamiento (en los primeros 100 días) en no menos del 10% de los 52 pozos que están inactivos con el fin de proyectar costos y tiempos reales de estos cierres, los cuales deberán tener un monitoreo y verificación constante por parte de las comunidades y veeduría internacional. Además, debe ir acompañado de un proceso de restauración ecológica y de reparación social integral. Durante la Cumbre, el investigador Fernando Reyes señaló la dinámica decreciente en la producción lo que desde el punto de vista técnico, también hace necesario el cierre de los pozos petroleros en el Bloque 43 del Yasuní, teniendo en cuenta que sus rendimientos no están siendo favorables, Reyes señaló que en promedio de 100 barriles que se extraen del ITT sólo 8 son de petróleo, lo que significa que se está en un punto avanzado de la declinación.

Recorrido realizado en el marco de la I Cumbre Internacional por el Yasuní

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Siguiendo con las demandas del pueblo Waorani, dentro de las acciones clave para los primeros 100 días siguientes, así como acciones propuestas de cierre, desmantelamiento, restauración ecológica y de reparación social, se resalta el establecimiento de un mecanismo de cumplimiento efectivo, la actualización del Plan de Cierre que incluya las demandas de las comunidades y contemple los pozos petroleros del bloque 43, incluídos los pozos en producción (186), pozos cerrados (52), pozos de reinyección (20), vías, líneas de flujo y plataformas, una caracterización minuciosa de los pasivos ambientales, sitios impactados y área intervenidas. 

El mandato también señala como fundamental el inicio de los procesos de restauración ecológica en donde se incluyan planes de trabajo digno con las comunidades, activación de mecanismos participativos de gestión de riesgos, auditoría a los recursos que la empresa declara haber entregado a las comunidades, presentación de una ruta de cierre que incluya cronograma y presupuesto detallado y, garantizar el acceso a derechos a las comunidades en términos de educación, salud y trabajo digno por parte del Estado, evaluando y transformando relaciones de dependencia establecidas por la industria petrolera. Todo esto deberá tener una veeduría de las nacionalidades indígenas y pueblos de la amazonía ecuatoriana, así como de organizaciones acompañantes nacionales e internacionales. 

Por último, el mandato señala las acciones de post cierre, en donde se considera clave el monitoreo periódico de los pozos cerrados evaluando constantemente que no suponen un riesgo para la naturaleza y las comunidades así como un proceso de seguimiento del avance de la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales de las nacionalidades indígenas y pueblos afectados por la intervención, extracción y dependencia petrolera.

Ante esto, reconocemos la lucha en defensa del Yasuní como una carta de navegación y referencia a nivel global y de la región sobre elementos clave a contemplar en los procesos de cierre de pozos petroleros y la construcción de territorios postextractivistas, pensando un modelo más allá del sistema capitalista, colonial y patriarcal. Por lo que también será fundamental seguir cuestionando las falsas soluciones que se disfrazan de ser alternativas verdes. 
Este mandato fue presentado el 30 de agosto de 2024 ante la Corte Constitucional y la Asamblea del Ecuador por la nacionalidad Waorani del Ecuador, en compañía de organizaciones nacionales e internacionales que estamos exigiendo el cumplimiento de la voluntad popular con miras en la construcción de horizontes más justos con los cuerpos y territorios.