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Niños, niñas, adolescentes y jóvenes rurales de Colombia expresan sus opiniones y propuestas sobre la transición energética justa

May 8, 2023 | Noticias y análisis - Energía y Justicia Climática

Lunes, 8 de mayo de 2023

El pasado jueves, 27 de abril, diversas voces de las nuevas generaciones de la ruralidad del país se encontraron en la ciudad de Bogotá para conversar con los Ministerios de Ambiente y Educación sobre los aprendizajes y propuestas que existen en sus territorios alrededor de la transición energética; esto, en el marco de la 35ª Feria Internacional del Libro de Bogotá. 

Desde hace varios años, Censat Agua Viva, junto a las organizaciones territoriales Comunidades Sembradoras de Territorios, Aguas y Autonomías – Comunidades Setaa; el Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander; y el Movimiento en Defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí – Ríos Vivos Santander, vienen adelantando acciones complementarias a las que los niños y niñas reciben en sus colegios, para entender y responder una pregunta muy importante para las generaciones actuales y futuras: ¿qué es eso de la transición energética justa?

Nuestra reflexión sobre la transición no parte de que hoy en día el gobierno esté hablando de este tema. Desde hace más de diez años, venimos trabajando sobre qué significa la justicia en la transición energética, y en cómo se entiende y se afronta la crisis climática en los territorios, desde las miradas y las acciones de los niños y las niñas.’ – expuso Juan Pablo Soler Villamizar, investigador del Área de Energía y Justicia Climática de Censat Agua Viva e integrante de Comunidades Seeta, durante la apertura del conversatorio.

Este largo proceso de trabajo y construcción colectiva, que ha sido posible con el apoyo de la organización sin ánimo de lucro Terre des Hommes, ha consolidado valiosos aprendizajes para las organizaciones, a partir de los cuales han generado sus propias propuestas alrededor de la transición energética justa. En este conversatorio, 52 niños, niñas, adolescentes y jóvenes, viajaron desde sus territorios hasta Bogotá, para presentar estas propuestas, las cuales agrupan en la categoría de energías comunitarias. A su vez, compartieron con los asistentes y con las representantes del gobierno, cómo asumen el reto de transitar hacia otra forma de relacionarnos con la energía y con la naturaleza.

Los representantes del Colectivo de Reservas Campesinas y Comunitarias de Santander, Katherine, Freddy y Johan Velasco, hicieron un fuerte llamado al reconocimiento del campesinado en Colombia. Las ciudades dependen de lo que se produce en el campo, pero desde los colegios rurales se impulsa la idea de que las y los jóvenes deben salir de allí porque es en la ciudad donde podrán ser alguien, cuando, en realidad, ellas y ellos “no saben qué es ser ese alguien”.

Por esto, procesos como el rescate y la conservación de semillas, la Escuela de aves y los grupos de Polinizadores del territorio, han sido vitales para fortalecer sus saberes en el cuidado del campo y procurar lo que ellas y ellos saben que es vital para una transición energética justa: cambiar a las personas, pensar en el bien común y fortalecer las autonomías territoriales mediante la implementación de energías comunitarias.

De manera similar, Nayeli Torres y Dahiana Tuberquia de las Comunidades Sembradoras de Territorios, Aguas y Autonomías – Comunidades Setaa, de Antioquia, identificaron que una de las problemáticas más graves que enfrentan es que los jóvenes se van del territorio por no contar con la infraestructura adecuada para tener una educación de calidad, y por las condiciones de contaminación y escasez de agua que experimentan.

En este contexto, las jóvenes explicaron que las energías comunitarias se han consolidado como una propuesta para que la juventud permanezca y actúe en sus territorios. Un ejemplo de ello es el aula abierta que impulsaron los integrantes de las Comunidades Setaa, de la vereda La Llanada de Peque, Antioquia, para compartir sobre las energías comunitarias con estudiantes del casco urbano. Al final, “ellos pudieron conocer ese hermoso territorio que tienen y que ni siquiera sabían que existía”.

Por su parte, las voces de Mariana, Farid y Alexandra del Movimiento en defensa de los ríos Sogamoso y Chucurí, Ríos Vivos Santander, indicaron que les preocupa mucho la desvalorización y desprecio del campo, por lo que es fundamental invertir en la investigación, asesoría y herramientas para que se generen oportunidades reales y bienestar para las comunidades. Así mismo, manifestaron a los Ministerios la necesidad de incentivar un enfoque de memoria ambiental para el cuidado y el conocimiento de la naturaleza, desde los primeros años de educación.

En este punto, es de destacar la importancia de procesos impulsados por Censat Agua Viva con estas organizaciones y comunidades, como la Escuela de la Sustentabilidad y los grupos de Polinizadores del territorio, porque fortalecen miradas y argumentos para la defensa y la permanencia en los territorios. Así, es innegable que los movimientos y organizaciones sociales han sido primordiales para responder a las deficiencias institucionales en numerosas zonas del país.

¿Y cuáles fueron las respuestas de los Ministerios?

Liliana María Sánchez, directora técnica de la Dirección de Calidad para la Educación Preescolar, Básica y Media del Viceministerio de Educación, reafirmó que para el actual Gobierno es prioridad el fortalecimiento de la educación rural por medio de acciones como la mejora de la infraestructura y el trabajo articulado con madres, padres y cuidadores de familia. A su vez, Valentina Camacho, subdirectora de Educación y Participación del Ministerio de Ambiente, señaló que, para integrar las visiones territoriales y comunitarias en la actualización de la política pública de educación ambiental y sus acciones, los niños, niñas, adolescentes y jóvenes serán invitados e involucrados activamente.

Esperamos que estos puntos se cumplan, pues el gran aspecto a destacar de este encuentro es la preocupación de las nuevas generaciones por tener una educación que les permita vivir y recrear sus territorios, afrontar la crisis climática de una forma coherente con sus contextos y proyectos de vida, y poder materializar sus sueños por la justicia ambiental.

Por: María Paula Guzmán Boada y Laura Berrío Flórez.