En la ciudad de Popayán nos encontramos con diversas organizaciones de amplia trayectoria territorial en la gestión, monitoreo, cuidado y ordenamiento territorial del agua, con el fin de compartir miradas sobre los retos público-comunitarios que implican los manejos que se dan al líquido vital.
Desde Censat Agua Viva, convocamos al “Encuentro nacional sobre ordenamiento territorial alrededor del agua, miradas y retos público-comunitarios”, fomentando un espacio para compartir experiencias con organizaciones como la fundación Colombia Nuestra, el Comité de Integración del Macizo Colombiano, CIMA, la Red Territorial de Acueductos Comunitarios de Bogotá y Cundinamarca, Retaco, el Comité por la vida, el agua y el territorio del Cauca, Acueductos Comunitarios en Red de Villavicencio, Acer Agua Viva, los Territorios Campesinos Agroalimentarios, TCAM, la Coordinadora Regional Campesina Sumapaz,- Cruz Verde, el Cinturón Occidental Ambiental, COA, el Instituto Popular de Capacitación, entre otras experiencias organizativas territoriales que tienen propuestas de manejo, gestión, monitoreo y cuidado del agua.
Diversos líderes y lideresas regionales, académicas y ambientalistas ubicaron de manera puntual sus experiencias, dificultades, retos y horizontes de acción, para los manejos comunitarios y populares del agua. Entre las reflexiones se destacó que los procesos organizativos en su mayoría comprenden el agua como un bien común, elemento integrador y relacionador de las diversas expresiones de vida que se desarrollan en los territorios, posibilitando en tal sentido diversos usos en la esfera de lo humano, pero también múltiples relaciones biológicas fundamentales en los variados ecosistemas existentes en el país.
Así mismo, coincidieron en que, por dinámicas propias de la privatización y del sentido instrumental de organizar el territorio bajo las lógicas del mercado, el agua ha sido dispuesta para los sectores con mayor poder político y económico. En consecuencia, el agua es permanentemente confinada, contaminada, privatizada, mercantilizada y despojada de sus múltiples sentidos y significados. En palabras del líder campesino César William Sánchez del CIMA, hay que “pensar como el agua y ser como el agua”, pues esta metáfora convoca a fluir y confluir, aportando al mantenimiento de las diversas expresiones de la vida y del cuidado del tejido común, para lo cual es necesario “reforestar las mentes y los corazones con la biodiversidad y diversidad cultural de nuestros pueblos”.
También recibimos los aportes de Diego Rojas de la Coordinadora Regional Campesina Sumapaz, Cruz Verde y de la maestra María Teresa Findji, de la Fundación Colombia Nuestra, quienes destacaron que el agua es parte vital de los territorios, y que estos últimos son la expresión de las relaciones sociales que se establecen de manera histórica en un espacio. Ahora bien, los conflictos socioambientales son disputas emplazadas, que expresan diversas voluntades relacionadas a los actores que intervienen y que implican largos conflictos por el acceso y uso de la tierra, pero también las amenazas de los proyectos extractivistas que recaen en los territorios y sus comunidades.
Xiomara Mendoza del Instituto Popular de Capacitación compartió la experiencia de acompañamiento que han realizado a pescadores y comunidades del río Nechí, tributario del río Cauca en Antioquia, afectados por la empresa Mineros S.A., que con su explotación de oro durante décadas ha depredado, contaminado y privatizado este cuerpo de agua y las relaciones que tienen sus pobladores con los sistemas de ciénagas. Como resultado de esta conflictividad socioambiental diversas organizaciones han reivindicado el reconocimiento del río Cauca como sujeto de derechos y el Instituto Popular de Capacitación acompaña a los y las Guardianes del río Cauca en la exigibilidad de derechos colectivos y de la naturaleza, como parte de una defensa integral del territorio.
Por otra parte, las experiencias de Acer Agua Viva y de Retaco, como formas de organización y gestión del agua de forma popular a través de acueductos comunitarios, permitieron observar la magnitud y cualificación que tienen las organizaciones de base a la hora de generar mecanismos de provisión del agua para las comunidades de Bogotá, Cundinamarca y Villavicencio. Estas experiencias son de suma importancia dado que demuestran que desde un enfoque local, autónomo, basado en la soberanía hídrica, las comunidades manejan adecuadamente (en términos sociales, económicos y ambientales) este bien común, avanzando en su protección y fomentando nuevas relaciones con el agua.
Finalmente, es de resaltar la intervención de Herman Vergara del Cinturón Occidental Ambiental (COA) proceso de confluencia de organizaciones del suroeste antioqueño, quien compartió la propuesta que han construido denominada “Territorios sagrados para la vida”, como una manera de abordar el cuidado del territorio desde una perspectiva integral, donde se proyectan alternativas agroecológicas, de ordenamiento comunitario del territorio y la pervivencia del campesinado como sujeto de derechos. Estos Planes de Vida Comunitarios han sido formulados por campesinos, jóvenes, mujeres, indígenas y demás integrantes de las comunidades que hacen parte del COA y contiene importantes mandatos comunitarios acerca del ordenamiento de los territorios y las aguas para la vida. Esta experiencia es fundamental, dado que ha sido un ejemplo de resistencia colectiva frente a la amenaza que significa el proyecto Quebradona de la transnacional AngloGold Ashanti, y del avance de los monocultivos de aguacate en el suroeste antioqueño, megaproyectos que buscan privatizar la naturaleza y desplazar a las comunidades que históricamente han pervivido en estos paisajes hídricos montañeros.
Por último vale la pena mencionar que las organizaciones participantes en este encuentro ubican como oportunidad el nuevo momento político que se vive en Colombia, pues ven con optimismo la apertura para dialogar los significados del agua, sus formas de ordenamiento y la necesidad de espacios para compartir experiencias de forma más permanente, de las cuales puedan salir agendas, propuestas y acciones para la gestión, cuidado y monitoreo territorial alrededor del agua. En tal sentido, y a partir de la presentación del informe nacional “Derecho al agua en Colombia”, coordinado por la Plataforma Colombiana de Derechos Humanos, Democracia y Desarrollo, PCDHDD, uno de los capítulos aportados por Censat Agua Viva buscó preguntarse por las condiciones de posibilidad de ese contexto favorable para el ejercicio de la defensa popular de sus aguas, en el que se puedan expresar opiniones y puntos de vista para garantizar la lucha de los pueblos en defensa de sus aguas. Desde la presentación al respecto realizada por nuestro compañero Camilo Restrepo, queda la tarea de defender el agua hasta la última gota y, en ese sentido, las organizaciones apostamos por alimentar las propuestas público-comunitarias para su disfrute, goce y centralidad en el ordenamiento territorial.
Iván Darío Rojas Moreno
Área de Conflictos Mineros – Censat Agua Viva.