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Boletín 1 de la Escuela de la Sustentabilidad – Monitoreo Biocultural Comunitario

Mar 31, 2023 | Noticias y análisis - Agua, Bien Común, Noticias y análisis - Conflictos Mineros

31 de marzo de 2023

El pasado 24, 25 y 26 de marzo, en la finca Semillas de resistencia de la Organización para el Desarrollo Urbano y Campesino del Cauca, Ordeurca, en Sotará, Cauca, realizamos la segunda sesión de la Escuela de la Sustentabilidad de Monitoreo Biocultural Comunitario con los tejidos Montes Nativos sin Monocultivos y las Guardias Montañeras y Montañeritas de la cuenca media del río Cauca. Esta sesión correspondió al Módulo 2 – La biodiversidad en el territorio del Panal de Herramientas Pedagógicas de Monitoreo Ambiental Comunitario.

En el encuentro en tierras de la resistencia caucana, pudimos conocer y reflexionar sobre las afectaciones del monocultivo de pino y eucalipto por la presencia de la empresa Smurfit Kappa Cartón de Colombia en la zona, que vienen presentándose hace décadas, al punto de que las comunidades están arrinconadas en su propio territorio. Asimismo, conocimos las estrategias de cuidado y resistencia de la guardia campesina, el proceso organizativo en general de Ordeurca y la importancia de la protección de la diversidad natural y cultural en los territorios para el sostenimiento de la vida, siendo el monitoreo ambiental comunitario una herramienta política de gran utilidad para este propósito.

A través de los recorridos territoriales y las conversaciones entre las y los participantes de la Escuela, nos preguntamos cómo conservar la biodiversidad de los territorios sin caer en las trampas de la conservación sin gente, a la vez que se hace frente a los proyectos extractivistas forestales y agroindustriales. Recorrer, observar y sentipensar el territorio de Sotará en las prácticas de la Escuela, nos permitió reconocer el papel que tiene el proceso organizativo de Ordeurca en el cuidado de la biodiversidad de la zona, a través de la conservación de un relicto de monte nativo al interior de su finca, así como el naciente impulso de implementar un agrosistema familiar que apuesta a ser no solo un lugar para el encuentro y la posibilidad de recordar la cultura campesino, sino también un camino donde se piense la autonomía alimentaria familiar y comunitaria.

Estos son esfuerzos de resistencia frente al cercamiento por el monocultivo forestal de pino y eucalipto en el territorio, el cual ha producido acaparamiento de tierra, despojo de las familias, secamiento de fuentes hídricas y privatización del agua por captación, contaminación auditiva, daños a la salud de las y los trabajadores y disminución de especies animales y vegetales como la mirla, la guayaba silvestre, la orquídea amarilla, entre otras fundamentales para garantizar la soberanía alimentaria de los y las habitantes de la región y el equilibrio del ecosistema nativo.

Reconocimos la importancia de los distintos organismos de la naturaleza, su interrelación y coexistencia, como una clave de la salud y sostén de los territorios. Así, las y los participantes de la Escuela construímos un concepto propio y colectivo de biodiversidad, la cual entendemos como las múltiples expresiones de la vida en la madre tierra. Esa vida está manifestada no sólo en los organismos compuestos por materia orgánica (plantas, animales, hongos, etc.) sino también en la diversidad de los suelos, los aires, las aguas, los minerales y las relaciones entre estas, es decir, todo está vivo y en relación permanente. Además de esta vida física, las expresiones culturales y espirituales también son parte y sostén de la vida. La biodiversidad es una manifestación del paso del tiempo que en su juego perpetuo pone en movimiento los distintos elementos que nos constituyen y permite manifestaciones diversas y cambiantes a partir de múltiples interacciones. 

A través de este compartir de experiencias profundizamos nuestro interés por seguir apropiándonos del monitoreo biocultural comunitario como una posibilidad de investigación propia y una herramienta política para producir y disputar conocimientos sin caer en las tecnocracias. La observación y sentir el territorio, la sistematización de la información, la reflexión colectiva, son oportunidades para preguntarnos sobre el horizonte de nuestra defensa territorial, de los para qué, cómo y con quiénes queremos seguir tejiendo el cuidado de la casa común.

Por: Marcela Gómez Martínez y Paula Portela Montoya.