Por: Eliana Carrillo – Área de Energía y Justicia Climática
El Gas en Mantos de Carbón (CBM por sus siglas en inglés), es el único yacimiento no convencional que actualmente, se explota en Colombia, específicamente entre los departamentos del Cesar y sur de la Guajira. Desde hace tres años, el Movimiento Cesar Sin Fracking y Sin Gas viene ejerciendo acciones de denuncia, pedagogía y movilización en contra de la explotación de estos yacimientos no convencionales en la cuenca Cesar-Ranchería.
En el siguiente mapa ilustrado, el cual construimos en conjunto con el Movimiento Cesar Sin Fracking y Sin Gas, quisimos traslapar las áreas de exploración de GMC con los determinantes ambientales, las figuras de ordenamiento territorial y algunos elementos constitutivos de la biodiversidad del departamento del Cesar. Tal y como este lo refleja, encontramos que varias de dichas áreas involucran territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, fuentes de agua importantes para el departamento y colindan con zonas de reserva importantes para nuestro país como la Serranía del Perijá, la Sierra Nevada de Santa Marta y el complejo cenagoso de Zapatosa (el cual se ha resaltado como el más grande de América Latina).
Ilustrado por: Angie Vanessa
Los Yacimientos No Convencionales (YNC) son acumulaciones de petróleo y gas que se encuentran en rocas con baja porosidad y/o permeabilidad, o formaciones sedimentarias que contienen petróleo de muy alta viscosidad. Para su extracción, no son suficientes las técnicas tradicionales, sino que su explotación requiere otras técnicas más dañinas y riesgosas. Por ejemplo, varios de los YNC son explotados con la técnica del fracking. El fracking es una técnica que permite extraer petróleo y gas de rocas profundas compactas. Se realiza inyectando un líquido a alta presión en estas rocas, que se fracturan y permiten que los hidrocarburos fluyan por las grietas y puedan ser extraídos (Corporación Podion, 2022). Este proceso demanda grandes cantidades de agua mezclada con algunos químicos como sulfuros y metales pesados.
Este tipo de técnicas son demasiado peligrosas y conllevan graves daños en los territorios, de ahí que organizaciones o articulaciones como la Alianza Colombia Libre de Fracking hemos insistido históricamente en su prohibición. Además, este tipo de extracciones requieren una alta inversión de energía y la tasa de retorno energético es mucho más baja. Esto, en el contexto de desescalamiento a nivel mundial de los combustibles fósiles puede convertir estas extracciones en activos varados y grandes pérdidas para los estados, además de todos los daños sociales y ambientales que implican.
Existen varios tipos de YNC entre los que se encuentran los hidratos de metano, las arenas bituminosas, la roca generadora en arenas y carbones apretados, la roca generadora en lutitas, y el gas asociado a mantos de carbón (CBM). Este gas es una acumulación de gas metano que se ha formado junto con el carbón de mina. Es un gas que quedó atrapado en carbón a gran profundidad por lo que su explotación se puede realizar en conjunto con la extracción de carbón (aunque también se puede extraer sin explotar el carbón). Su extracción puede darse a partir de diferentes técnicas, siendo una de ellas el fracking, con menos etapas y pozos verticales.
La explotación de gas asociado a mantos de carbón (CBM) tiene impactos socioecológicos importantes. Para comenzar la extracción, “el agua subterránea y los fluidos inyectados deben ser bombeados a la superficie hasta que la presión disminuya y el gas comience a salir. Esto implica considerables afectaciones a los acuíferos someros de la zona, normalmente conectados con las aguas superficiales” (Gómez, 2022.p.26). De igual forma, aunque se argumenta que, dentro del proceso de explotación de los diferentes yacimientos no convencionales, es uno de los que menos utilizan agua, su explotación requiere el uso de grandes cantidades de la misma, lo que genera disputas por el líquido vital y despojo de las mismas para quienes habitan la zona. Además, dicha agua se mezcla con químicos tóxicos por lo que después de ser inyectada, queda totalmente contaminada. Del mismo modo, en este proceso son sumamente riesgosas las posibilidades de filtraciones de estas aguas contaminadas que pueden terminar contaminando acuíferos, otras fuentes hídricas y el propio suelo.
Otro gran riesgo son las fugas de gas metano, que aunque invisibles, causan graves daños al ambiente y a la salud de las personas. Andrés Gómez (2022) indica que estas fugas de metano son más comunes de lo que las petroleras y los gobiernos admiten. Así, hace referencia al caso en que un grupo de periodistas del New York Times, con diferentes equipos científicos, dieron cuenta de seis zonas de fugas en la zona de explotación de la cuenca Permian en Estados Unidos. Gómez se pregunta si esto ocurre en una de las potencias petroleras del mundo ¿Qué podemos esperar en Colombia? Estas fugas pueden generar problemas respiratorios graves, además de que liberan gas metano a la atmósfera que según el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) a largo plazo, será aún más problemático, que el mismo dióxido de carbono o CO2. El gas metano es casi 80 veces más potente que el CO2 como gas de efecto invernadero cuando se libera directamente (sin quemarse) a la atmósfera (Myhre et al., 2013 en Gómez, 2022). Gómez (2022) señala que, además del efecto invernadero, el metano contribuye a la formación de ozono troposférico, un gas contaminante que tiene efectos graves en los ecosistemas, los cultivos y la salud de los seres humanos. Es decir, que estas fugas de gas metano no solo contaminan el aire sino que también los suelos, lo que a su vez resulta en una pérdida de fertilidad y afectaciones a las economías agrícolas de los territorios. Además, debido a las afectaciones al subsuelo que conlleva la extracción, hay un riesgo alto de hundimiento del suelo y derrumbes.
De igual manera, los riesgos económicos de estas explotaciones son extremadamente altos, ya que se requieren inversiones considerables. En un contexto de emergencia climática, donde los combustibles fósiles son cada vez menos rentables, existe el riesgo de convertirse en activos varados. En otros casos, las empresas han abandonado estos campos, dejando a los trabajadores y la infraestructura sin atención adecuada, lo que continúa afectando a las comunidades y sus territorios. Un ejemplo de esto es la multinacional Glencore a través de su proyecto Grupo Prodeco en Colombia. Después de explotar las minas de carbón de Calenturitas y La Jagua por casi 30 años y, causar graves afectaciones al territorio, el ambiente y a los derechos de las comunidades, la empresa renunció a algunos tìtulos mineros en el Cesar, sin tener un plan de cierre de mina (Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo, 2021). Estas situaciones permiten que la empresa se retire sin asumir la responsabilidad por los daños socioambientales causados por su explotación, la vulneración a los derechos de los trabajadores, y la apertura de nuevas afectaciones socioambientales debido a la falta de un plan de cierre de mina.
Es importante resaltar que en los últimos meses, se ha intensificado un debate mediático en donde los gremios aseguran un desabastecimiento de gas para los próximos años, presionando al gobierno para la firma de nuevos contratos y el avance en las exploraciones y proyectos de explotación de gas. Al respecto puede consultar la siguiente nota: Narrativas mediáticas y la falsa urgencia de expandir la frontera extractiva ante la escasez de gas y petróleo. Esto además, se profundiza con el discurso del gas como combustible “limpio” para la transición, lo que está generando una ampliación global de la frontera extractiva, sobre todo costa afuera, generando unos impactos profundos para las poblaciones pesqueras y costeras, y los ecosistemas marítimos. De esta forma, se mantiene la dependencia a los combustibles fósiles, se profundiza la crisis climática y se posterga una transición energética justa centrada en los territorios. De igual forma, significa grandes riesgos económicos para los países al tiempo que tampoco se soluciona la demanda energética (Picciariello, et. al., 2023).
Volviendo al departamento del Cesar, existen contratos otorgados a la empresa Drummond, la cual explota carbón y gas asociado a mantos de carbón en el campo La Loma (ubicado en los municipios de Agustín Codazzi, Becerril, Chiriguaná, El Paso, La Jagua de ibirico y la Paz, en el departamento del Cesar) (Corporación Podion, 2019). Para ampliar la información de la actualidad de las reservas y contratos de explotación de GMC en el país ver (Grillo, 2023). Algunos sectores económicos abogan por la ampliación de las áreas de exploración y explotación de GMC. Sin embargo, las organizaciones que hacemos parte de la Alianza Colombia Libre de Fracking venimos exigiendo la prohibición de la explotación de yacimientos no convencionales en función de la defensa de los territorios. En 5 intentos hemos presentado un proyecto de ley al Congreso. El 10 de agosto de 2022 se radicó por cuarta vez PL “por medio del cual se prohíbe el fracking, la exploración y producción de los Yacimientos No Convencionales (YNC) de hidrocarburos, se ordena la reformulación de la política de transición energética y se ordenan otras disposiciones” al cual fue asignado el 114S/2022 en el Senado y el 413/2022C en la Cámara de Representantes. El proyecto de ley pasó por su primer debate en la Comisión V. del Senado el 5 de diciembre de 2022 y fue aprobado en su segundo debate en la plenaria del Senado, el 18 de abril de 2023. Sin embargo, la propuesta aprobada en el Senado, excluyó la prohibición del GMC. Esta omisión claramente responde a intereses particulares, políticos y económicos en torno a estas actividades de extracción. Al respecto, puede leer la siguiente nota: Proyecto de ley anti-fracking y yacimientos no convencionales en Colombia a punto de ser hundido: ¿qué está en juego?
La ponencia que contenía las demandas de la Alianza Colombia Libre de Fracking, incluyendo la prohibición de todos los YNC, fue presentada por la senadora Esmeralda Hernández (Pacto Histórico). Sin embargo, primero se radicó la ponencia presentada por el senador José David Name Cardozo (Partido de la U), la cual propuso un articulado dentro del que se excluye la prohibición del gas asociado a mantos de carbón (CBM) y fue esta la que fue aprobada el 18 de abril del 2023. La exclusión de la prohibición del gas asociado a mantos de carbón, implica dar luz a su explotación en muchos territorios del país, empezando por varios municipios del César y la Guajira, específicamente en la cuenca de los ríos Cesar y Ranchería.
Este proyecto de ley no se programó para sus dos debates restantes en la Cámara de Representantes, por lo que fue archivado en la anterior legislatura. No obstante, el 21 de agosto del 2024 como Alianza Colombia Libre de Fracking, volvimos a radicar, por quinta vez, el PL que busca la prohibición del fracking y en el cual, nuevamente, se contempla la prohibición de la explotación de todos los yacimientos no convencionales (El Tiempo, 2024). Ampliar los campos de explotación de gas asociado a mantos de carbón en lugar de incluirlo en la prohibición, expondría a todas las comunidades que habitan la cuenca Cesar-Ranchería a los impactos mencionados anteriormente y a muchos otros territorios donde se proyecten futuras explotaciones de este tipo.
Además, es importante recordar que Drummond ha sido señalada de supuestos vínculos con el paramilitarismo, por despojo de tierras y el asesinato de líderes sindicales (Corporate Accountability Lab, 2022). La Jurisdicción Especial para la Paz acreditó al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Industria Minera, Petroquímica, Agrocombustibles y Energética (Sintramienergética) “en el caso de Jaime Blanco Maya, excontratista de Drummond Ltda., condenado a 37 años de prisión por el delito de concierto para delinquir con paramilitares, así como por los homicidios de dos trabajadores de esa multinacional minera” (Comisión Colombiana de Juristas, 2023). También, tiene denuncias en su contra por violar los derechos a la salud y mantener en pésimas condiciones laborales a sus trabajadores (Centro de información sobre Empresas y Derechos Humanos, 2016). Es importante resaltar que el gas extraído posiblemente sería usado por la misma empresa para seguir extrayendo carbón. Por ejemplo, en el caso de la explotación de La Loma, el presidente de la empresa ha asegurado que dicho gas se destina al funcionamiento de una planta de la mina (Jimenez, 2018), lo que significa que esta explotación incentiva y perpetúa la dependencia a los combustibles fósiles. En este contexto, es relevante señalar que el mayor consumo de hidrocarburos en el país no corresponde al sector residencial (16%) sino a la misma industria extractiva, la industria petrolera consume un 24% (Naturgas, 2019 en Gómez, 2022).
Teniendo en cuenta estos riesgos y antecedentes, sumado al traslape de territorios indígenas, afrodescendientes y campesinos, y otras zonas de importancia ambiental vemos necesario el prohibir la explotación de GMC en la cuenca Cesar- Ranchería y en general, la explotación de todos los yacimientos no convencionales en nuestro país. Como parte de la Alianza Colombia Libre de Fracking, exigimos al Congreso de la República la discusión y aprobación del PL150/24. También hacemos un llamado para que la sociedad en general conozca los impactos y consecuencias de la explotación de los YNC, incluyendo el gas asociado a mantos de carbón (CBM), y apoye a las organizaciones que históricamente venimos luchando por su prohibición. De igual forma, es primordial el posicionamiento de las visiones de buen vivir de las comunidades, que incluye el fortalecimiento de sus economías propias y las distintas alternativas propuestas desde los territorios.
¡Por las aguas, la vida y los territorios! Territorios para la vida, no para la muerte